Lo pero de esta historia no es que sufriera acoso escolar, que también, sino que después de que su padre le cambiara de colegio, él ya no se siente capaz de volver a contarle a la gente su condición sexual, algo que no es obligatorio contar pero si no se cuenta por decisión propia, nunca por sentirse inferior o tener miedo al qué dirán.
Que un niño de 10 años tenga la fuerza de voluntad de decir que es homosexual me parece admirable. Muchos dirán que es muy pequeño para saber todavía si le atraen los hombres o las mujeres. Ya les digo yo que eso se sabe desde siempre, pero que comentarios como ese son los que nos hacen dudar de quienes realmente somos y lo que sentimos hasta pensar que es algo "malo" y se debe ocultar.
Casualmente, ayer era el día contra la homofobia. Y recordé que llevo viendo en los medios de comunicación últimamente que las agresiones homófobas van en aumento: en 2014 se registrado 20 agresiones en Madrid, en 2015 fueron 32, y en este 2016 ya van 52 agresiones quedando aún más de medio año por delante. Triste, ¿no?
Ya hace 11 años que se legalizó el matrimonio homosexual en España, siendo incluso un ejemplo para toda Europa, pero sin embargo parece que la sociedad aún no está preparada para ello. Me parece sorprendente que todavía exista gente que piense que la honosexualidad es una enfermedad que se puede curar o que es algo que se elige. Lo único que es una enfermedad y que se elige es juzgar y creerse superior a cualquier otra persona, sea por lo que sea.
Esperemos que algún día la homofobia deje de existir y reine la tolerancia.
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